La Conferencia - La Conferencia (I)

El Pensador de Rodin

- ¡Dios bendiga la Conferencia! - Navarro apenas había dado un par de pasos dentro del pequeño pero lujoso despacho cuando saludó a su superior con las manos extendidas hacia delante y las palmas hacia arriba. Había entrado multitud de veces en ese despacho, pero jamás había pasado de esos dos pasos. Tan pronto le anunciaban, el padre Newman, se levantaba de su sillón y le esperaba de pie delante de su mesa.
- !Déjese de saludos, Navarro! ¿Qué noticias trae?
- Ya conocemos la fecha, Padre. Según nuestro informador mañana es el día escogido.
- ¿Tan pronto? ¿Significa eso que ya están preparados?
- Eso parece. No sabemos que nivel operativo tienen, pero estamos seguros de que lo intentarán mañana.
- ¿Cómo pueden estar seguros? Si no me equivoco, están especulando a partir de informaciones de gente que bien podrían estar del lado de nuestros enemigos.
- Padre, llevamos tratando con la misma persona tres años, y hasta ahora no nos ha fallado ni una sola vez...
- Exacto, hasta ahora... Navarro, no podemos pecar de confiados en este asunto, nos jugamos demasiado. ¿Entiende?
- Si, Padre.
- Eso espero. Un fallo nuestro pondría en peligro los últimos 200 años de sociedad civilizada bajo los auspicios de la Conferencia. No nos lo podemos permitir. - El padre Newman comenzó a recorrer arriba y abajo los tres metros escasos que tenia de ancho el despacho.- Sin la guía de nuestra llama el mundo tornaría al caos moral del siglo XX. No debemos dejar que esos malditos baconistas, y que Dios me perdone, se salgan con la suya.
- No, Padre.
- Esos... rufianes europeos, con su educación amoral y su libertad de conocimiento, están criando ratas de alcantarilla que roen los cimientos de la paz de la Conferencia con sus discursos apocalípticos y su Nueva Tecnología. Cuando todo esto acabe se darán cuenta de su error y toda la Unión se avergonzará de no haber hecho caso de los sabios consejos que les dimos.
- Seguro, Padre.
El padre Newman, se paró en seco ante la biblioteca y cogió un antiguo volumen en géltex estampado, lo hojeó detenidamente, pasando las páginas con mimo. - ?El conocimiento es banal si no se busca detrás del mismo las raíces profundas de su procedencia, y es entonces cuando se conoce realmente la inutilidad de su aplicación y la realidad de su creación?. - Navarro ya conocía esa cita, y con él mucha otra gente. Pertenecía a ?La vieja Atlántida?, la obra mas importante de Michael Storm, primer presidente de la Conferencia y guía espiritual del mundo durante casi 200 años. Por supuesto, Storm llevaba muerto más de 160 años pero su estela aún alumbraba el camino a seguir.
El silencio ya duraba medio minuto, los ojos del padre Newman parecían estar enfocados más allá de las hojas del libro, las facciones de su cara, aunque duras, mostraban ligeros signos del largo viaje que su mente estaba realizando. Poco a poco se giró hacia Navarro, aún con el libro en las manos. - ¿Está usted preparado para mañana?
- Si, Padre.
- ¿Cumplirá su misión?
- Por mi vida que lo haré.

Sent by Xose Sent by Xose on 09/29/2003 at 03:00 GMT | read 56 times
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