Cuentos - La carta

            Se había marchado. La mujer que más había querido en toda mi vida se había largado de ésta en su BMW negro, tras haberme confesado que tenía un amante y haber escuchado de mi boca que nunca podría perdonarla. Yo nunca podría volver a confiar en una persona que me ha engañado.
             
            A la mañana siguiente, me encontraba furioso, en ningún momento pensé que iba a traicionarme de esa manera, necesitaba sacar fuera de mí toda la rabia que llevaba dentro. Sobre la mesa había un papel y un bolígrafo. Ésta es la mía, me dije, mientras me disponía a escribirle una carta explicándole todo lo que me estaba haciendo sufrir. Cogí mi bolígrafo y lo deslicé sobre el papel sin saber muy bien que escribir, supuse que había terminado una palabra y cuando leí lo escrito, para mi sorpresa, ponía en letras bien grandes: Gracias.
            
            ¿Gracias? Pero, ¿por qué razón había yo de darle las gracias a la mujer que me había dejado por otro después de darle los mejores años de mi vida?
            Como buscando la respuesta a mi pregunta puse el lápiz sobre el papel y continué escribiendo:
            Gracias, por esos helados de leche merengada con mucha canela, que traías cuando volvías del trabajo y que       comíamos minutos antes de besarnos en el sofá de mi salón. Aún recuerdo la mezcla del sabor de tu boca y el de la canela.
            Gracias, por hacerte la enfadada cuando te gastaba alguna broma y no permitir que me acercara a menos de dos metros de ti hasta que no pidiera perdón.
            Gracias, por aquellos momentos en los que te sonrojabas cuando te decía algún piropo.
            Gracias también por tu apoyo en los momentos difíciles y por hacerme sentir el hombre más feliz del mundo durante estos ocho años en los que hemos compartido nuestras vidas.
            Un último beso, para la persona más maravillosa que he conocido.
 
            Aquí acababa la carta, mi cara había pasado de la rabia, a la sorpresa y de la sorpresa a una sonrisa parecida a la que debía tener cuando vivía esos buenos momentos con ella. Hoy sería un día triste pero supongo que poco a poco volveré a la normalidad y quizás consiga amar a alguna mujer como la amé a ella.

Sent by RodneyJC Sent by RodneyJC on 06/06/2004 at 15:56 GMT | read 197 times
Comments

Interesante la historia. La eterna lucha entre la razón y el sentimiento. La he encontrado, eso sí, demasiado corta. Pienso que se puede desarrollar más sin salir del formato que has querido darle. Dar a conocer un poco más al protagonista facilita la complicidad con el lector.
Es un placer tenerte por aquí, espero seguir leyéndote.
Un saludo.

Comentario Sent by Xose on 06/06/2004 at 19:54 GMT

Extraño, y a su vez encantador.

Siento decir que no me identifico con el personaje, soy demasiado ... Hum... Vengativo :P

Comentario Sent by Natrik el Montaraz on 06/06/2004 at 20:05 GMT

Sorprendente, como ha dicho Xose la eterna lucha entre el corazon y la razón lo que me recuerda a aquella frase de Pascal:
"El corazón tiene razones que la razón desconoce"

Comentario Sent by dritz on 06/09/2004 at 01:20 GMT

Un conflicto raro q a sido ya muchas veces tratado por la filosofia... El mismo Unamuno queria creer en la religion por que no queria que su esencia terminara tras la muerte, pero su razon le decia que esto no era asi, y que tras la muerte todo acababa. Sigue y seguira siendo un tema a tratar asta el final de los tiempos.

Comentario Sent by Tuccio on 06/09/2004 at 18:17 GMT
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